LA PERFECCIÓN DE LAS FORMAS CLÁSICAS
El soneto y Pampita
juegan a la berlanga.
La pasarela, sita
en la playa, se enfanga
con arena lodosa
--esto no es el Caribe--
y Pampita, que posa
al jugar, se apercibe
de que sus piernas se han
percudido con barro.
¡Es culpa del pillastre!,
que pide a los que van
a la City un buen jarro
de agua para el enchastre.
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