jueves, 17 de mayo de 2018

VAIVENES


Dura muy pocos días 
el entusiasmo. Leo 
libros que implican una 
sensación de renuevo. 

Pero después arriban 
horas de desaliento, 
y no hay una lectura 
que colme lo que dentro 

se agita: un receloso, 
cavernoso desierto 
que reina muchas veces 
por demasiado tiempo. 

Y después, porque no hay 
nada realmente eterno, 
vuelvo a pasar las hojas 
con alegría. De esos 

vaivenes no me curo: 
ojalá fuese cierto
el siempre de esas voces 
a las que les doy cuerpo.