domingo, 28 de junio de 2020

FIGURACIÓN


Por suerte aún la música 
me deleita. Qué haría 
con tantas horas turbias 
por delante, vividas 

como golpes sedientos 
de un resplandor que nunca 
se concreta, con celos 
de qué que la premura 

agiganta. Venablos 
serían, sin final 
aparente, callados 
estatutos de un gas 

que te asfixia. Que suene 
la música, que sueñe. 

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