viernes, 22 de diciembre de 2017

BICARBONATO DE SODIO


A veces, deambulando 
hacia las cuatro, entraba 
a la cocina, andando 
como un zombie que lava 

sus penas con un mate. 
La acidez y el barullo 
te jodían. "Andate 
a dormir". No era tuyo 

mi insomnio pero, luego 
de oír tu voz, y cuando 
bebías como un ciego 
ese vaso, calmando 

tu malestar, podía 
ya olvidarme de todo 
y descansar. Había 
agua clara en el lodo. 

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